A 1410 m s.n.m., enmarcada con brillantes rayos de sol durante todo el año, que brindan un clima templado cálido y seco. De relieve escalonado, con laderas que obligan al cultivo en andenería y al riego controlado. Estas características favorecen la producción de uvas con muy buena concentración de aromas y azúcares; su tierra fértil está conformada por rocas volcánicas y sedimentarias, pertenecientes a la formación Moquegua; agua dulce notable y rica en minerales. 

La familia Parras Reyes se había ocupado de la actividad agrícola y ganadera, pero las vacas no fueron más sagradas que la vid. La blanca leche se convirtió en rojo borgoña. Desde su fundación en el año 1994, don Teófilo Parras Ascona y doña Elena Reyes condujeron la aventura, cuya unión de los apellidos “Parras & Reyes” bendijo 

el nacimiento de la viña y empresa familiar. Amigos de la calidad primero que de la rentabilidad, convirtieron la finca en hogar de las mejores variedades vitícolas e involucraron a sus cinco hijos en el proceso apasionado de elaboración. Los hijos: José Antonio, Teófilo, Elena, Palmira y Liliana, quienes continúan con la tradición familiar y estan comprometidos con la calidad de producción, ellos realizan permanentemente investigaciones experimentales, históricas culturales  y técnicas. Los vinos provienen de su propio viñedo en las variedades: Italia, malbec, cabernet sauvignon, misión y merlot, permite  manejar la producción y calidad desde el cultivo de los secos y semisecos.