Disfrutando de la rica naturaleza del valle, Prudencio se enamora de los viñedos y bodegas que allí abundaban, y sueña con dedicar su vida a cultivar esos campos y elaborar y destilar vinos, actividad que despertó su pasión.
Durante varios años, trabajó muy duro y ahorró, hasta que finalmente pudo comprar su primer fundo: San Javier. El fundo San Javier tenía viñedos en producción de las variedades Italia (moscatel de Alejandría) y negra criolla, y una histórica bodega levantada originalmente por la orden Jesuita en el siglo XVII.
En 1914 don Prudencio Paz-Soldán fundó la bodega Paz-Soldán con un sueño: ¨Darle a Arequipa un producto del cual el Perú se sienta orgulloso¨.
Es así que Paz-Soldán logra ser la primera bodega de Arequipa en embotellar y etiquetar sus productos, que ya eran apreciados por los conocedores de la época.