Cuenta la historia que cuando los Incas se enteran que Atahualpa fue sacrificado por los españoles, entierran parte del oro destinado al rescate en los arenales de Villacuri, nombre del vocablo quechua Ccori que significa “hoyo de oro”.
El clima que predomina en la zona es subtropical y presenta una amplitud térmica que varía entre los 18 y 20°C, ambos factores son ideales para el desarrollo de las variedades patrimoniales como la quebranta y torontel que se encuentran distribuidas en 10 ha de viñedo. Otro aspecto importante a destacar son la horas de sol que gozan los viñedos durante la época de maduración de la vid, conocido en el lenguaje enológico como “heliofanía” lo que le permite un buen desarrollo del azúcar en la fruta y son regados con agua extraída del subsuelo a más de 180 m de profundidad. Las uvas tienen una buena sanidad gracias a las escasas precipitaciones que son de 15 mm al año lo que evita la aparición de los hongos y el uso de químicos para combatirlas.