La región Cusco, reconocida mundialmente por su riqueza cultural e histórica, ha comenzado una prometedora incursión en la vitivinicultura de altura. En los últimos años, se han desarrollado proyectos en el valle interandino de Urubamba, donde los viñedos se ubican entre los 2800 y 2940 msnm, convirtiéndose en los de mayor altitud del Perú y entre los más altos del mundo.

Los suelos aluviales, combinados con una excelente amplitud térmica, permiten una maduración lenta de la uva, lo que conserva la acidez natural y favorece la concentración de aromas. Los vinos producidos en esta zona presentan un perfil fresco y expresivo. En el caso de los tintos, se destacan por su profundidad de color, volumen en boca (alcanzando hasta 14.5° de alcohol) y gran potencial de crianza en barrica y guarda en botella.

Entre las variedades cultivadas destacan tannat, malbec, petit verdot y, en blancas, gewürztraminer, lo que da cuenta del potencial del Cusco para consolidarse como una región vitivinícola de altura con fuerte personalidad andina.